"Si estás atravesando el infierno, sigue andando"
Estas fueron las inspiradoras palabras que
pronunció Winston Churchill, ministro británico durante la segunda guerra
mundial para avivar los ánimos de sus tropas contra las potencias del Eje. Yo,
sin embargo, creo que el bueno de Winston en realidad era un adelantado a su
tiempo y estaba pensando en Malaz cuando pronunció aquellas palabras. Y es que
no encontraréis mejor resumen de la saga que ese.
Oficialmente voy por la mitad de esta
titánica saga y, como me quiero tan poco, voy a analizar en detalle cómo han
sido estas lecturas hasta ahora. Para ello, voy a dividir la entrada en dos
partes: la primera, en la que hablaré de aspectos más generales; y otra en la
que comentaré brevemente cada libro por separado. Voy a evitar los spoilers a
toda costa, aunque me temo que en algunas partes va a ser casi imposible no
mencionar ciertos detalles. Que nadie se asuste porque los voy a señalizar muy
bien para quien quiera los pueda pasar por alto sin ningún problema.
Si por algún casual tengo algún alma
extraviada que acaba de llegar, recuerdo que Malaz destaca por ser confusa a
más no poder. Para empezar, el señor Erikson se debió de saltar la clase de
preescolar donde enseñan el orden de los números ya que la cronología de esta
saga es un maldito caos.
Empezamos en los "Los Jardines de la Luna", donde tenemos a las tropas malazanas
desplegadas en la conquista del continente de Genabackis, sin que sepas ni
quienes son, ni cómo narices han llegado, ni qué hay realmente en juego. En el
segundo libro, "Las Puertas de la
Casa de la Muerte", pasa un poco lo mismo salvo que la introducción es
al nuevo continente de Siete Ciudades que nada tiene que ver con lo anterior,
ya que la verdadera secuela de Jardines la encontramos en el tercer libro,
"Memorias de hielo",
aunque ambos transcurran simultáneamente. En el cuarto, "La Casa de Cadenas", volvemos al
continente de Siete Ciudades siguiendo la trama del segundo.
Y os estaréis preguntando: “Pero, entonces,
¿cuál de las dos tramas sigue el quinto libro?”. Pues la respuesta os
sorprenderá: ninguna. En "Mareas de
Medianoche" nos encontramos el continente de Lether, del que no
sabíamos absolutamente nada y además sucede antes de todo lo que hemos leído
hasta ahora.
Orden de Malaz. He tenido apuntes de la carrera con más sentido que esto |
Malaz en lo que más destaca es en no querer
facilitarte nada. En ningún momento se detiene a plantearse si te estás
enterando o si, por el contrario, necesitas más explicaciones; y esto, en una
historia tan grande y colosal con tantos elementos en juego, pues te acaba
abrumando, dando muchas veces la sensación de que el ritmo es denso y que
realmente no está pasando nada, o al menos nada que tú consigas ver. Esto me
parece que se nota mucho más en los inicios de cada libro, porque Erikson tiene
esa mala costumbre de lanzarte de golpe a un escenario que no conoces y hay que
dar un salto de fe para seguir leyendo lo suficiente para conseguir hacerte una
idea aproximada de lo que está pasando.
Hay una cosa que destaco a su favor y es
que siempre intenta que los acontecimientos realmente importantes queden lo más
claros posibles, pero eso no quita que haya otras tramas por debajo que no
consigues ver. Tramas que, a lo mejor, tienen más importancia que la que
esperabas en un principio.
Advierto que aquí no vamos a tener una
lucha de buenos contra malos fácil de seguir, sino que todos nuestros
personajes son grises y antes o después se van a ver involucrados en una
especie de entramado del que nadie se puede librar y del que muy poco a poco
conocemos detalles. Y mientras esto sucede, nos vamos a ir encontrando con
algunas escenas llenas de puro gore y violencia, además del promedio de un
genocidio por libro. Sin embargo, no son partes que estén especialmente
recargadas con el único objetivo de sonar maduras, sino que me parecen el modo
que tiene Erikson de reflejar nuestra realidad en su obra y usarlo como base
para soltar todas las reflexiones filosóficas que tanto le gustan.
Por el momento, yo sigo sin tener ni la más
remota idea de qué va a pasar en los libros siguientes. Ahora mismo, tenemos
tres tramas abiertas con pequeñas conexiones entre ellas y que ni siquiera
transcurren en el mismo lugar, ni con los mismos personajes. Aquí hay una
historia global, una historia que los propios libros te dicen que lleva
cociéndose durante millones de años, y que en algún momento estoy convencida
de que va a cobrar mucha más importancia.
Esto último sería imposible conseguirlo sin
todo el worldbuilding que hay detrás. En el prólogo de su primer libro, Steven
Erikson nos dijo: "A todos los
escritores en ciernes ahí fuera: Ambición no es una palabrota. Pasad del
compromiso, id a por todas", lo cual personalmente me parece un
mensaje precioso, pero es que si la ambición tiene alguna clase de límite moral
o ético se la ha pasado totalmente por alto.
A ver, recapitulemos, porque yo no soy como
este señor y me molesto en que la gente me entienda: tenemos un sistema de
magia llamado sendas que son básicamente corrientes de poder ancestral que
suelen estar asociadas a un dios y que nunca se están quietas, sino que muchas
veces vamos a tener conflictos entre ellas, convergencias, divergencias, una
que se queda vacía y alguien la ocupa y más cosas por el estilo. Más o menos a
cada raza le pertenecen unas sendas a las que puede acceder (y digo más o menos porque si yo no lo entiendo, vosotros
tampoco) y esto es de especial importancia.
No me voy a entretener en el apartado de
las razas ya que hay tanto material aquí que no va a merecer la pena, solo digo
que están muy lejos de ser los típicos clichés de la fantasía. Tenemos
velociraptores con cuchillas por manos (k'chain
che'malle), seres con tantas articulaciones que se pueden doblar de
cualquier forma y cuentan con una gran fuerza (forkrul assail), humanos no muertos convertidos en hueso y polvo (t'lan imass), seres con colmillos
capaces de dominar el hielo y el tiempo (jaghut),
y elfos que se dividen en oscuridad (tiste
andii), sombra (tiste edur) y
luz (tiste liosan) entre otros.
Una cosa más que me encanta de Erikson es
la facilidad que tiene de crear personajes tan buenos que disfrutas durante
tantas páginas sin cansarte, para que al final tengan la relevancia justa que
el libro requiere y en el siguiente llegue gente nueva a ocupar su lugar. La
mayoría están bien construidos, pero desespera que haya tantos y que cambiemos
todo el rato de punto de vista. A veces cuesta ubicarlos y esta es una de las
principales razones por las que los inicios de Malaz siempre se atascan tanto.
Además que nunca sabe cuándo frenarse e incluye personajes nuevos sin parar,
hasta en los libros que son secuelas de otros.
Cuesta entender a determinados personajes
porque no sabes muy bien cuál es su papel, aunque sí que es cierto que la
mayoría de las veces sus tramas se acaban conectando entre sí y les ves sentido
una vez acabas el libro. Algo que Erikson hace muy bien es la forma en la que
todos sus personajes se relacionan entre sí, haciendo que las interacciones
entre los soldados malazanos (en especial de los zapadores y los Abrasapuentes)
sean de lo mejor de la saga. En cuanto a los dioses, cabe decir que no son
criaturas omnipotentes que se dedican a observar todo desde fuera sin
intervenir, sino que no paran de meterse de por medio liando las cosas de mala
manera y haciendo que muchos actúen como sus viles marionetas en el entramado.
Los Jardines de la Luna
Aquí vamos a tener el gran inicio del
que os estaba advirtiendo allá arriba. Erikson pone todas sus piezas en juego
desde el primer momento y comenzamos con una gran batalla entre los malazanos y
las fuerzas de Genabackis por tomar la ciudad de Pale. En esa batalla tenemos
involucrados a la ciudad flotante de Engendro de Luna con los tiste andii
liderados por el gran Anomander Rake, acompañado por Caladan Brood, quienes
tratan de defenderla junto a las fuerzas locales de los malazanos de Dujek
Unbrazo, su cuadro de magos, los barghastianos con sus explosiones y los Abrasapuentes,
liderados por el sargento Whiskeyjack, que tratan de ser los primeros en entrar
en la ciudad (y los últimos en salir).
Es un inicio de lo más explosivo en el cual
probablemente te pierdas en ciertos momentos y haya cosas que no acabes de
entender. Lo mejor que se puede hacer con este libro es dar un salto de fe y
seguir leyendo. Alcanzado el primer tercio es cuando comienzas a hacerte una
especie de esquema mental de cómo funcionan las cosas aquí, y hay que intentar
no rayarse con toda esa información nueva que no sabes dónde meter, porque lo
más probable es que acabes conectando las cosas que te hacen falta sin ella.
Solo intenta almacenarla al fondo por si en algún momento vuelve a ser importante.
Este primer libro debo decir que, pese a todas las adversidades que presenta, a mí me acabó gustando bastante, aunque sí que es verdad que habiendo leído los siguientes de la saga a lo mejor sabe a poca cosa comparado con ellos. Si queréis ver la reseña completa que le hice la tenéis aquí
Las Puertas de la Casa de la Muerte
Malaz 2 tiene mucho de Malaz y poco de
2. Transcurre tras los sucesos del primer libro, pero cambiamos el continente
de Genabackis por el de Siete Ciudades y solo repiten un total de cuatro personajes.
En este nuevo panorama encontramos que el pueblo nativo de Siete Ciudades se
está rebelando contra la ocupación malazana, organizando sus fuerzas en el
sagrado desierto de Raraku guiados por la diosa Sha'ik del Apocalipsis.
Este libro destaca por algo y es por
ser especialmente duro y cruel. Aquí vemos las consecuencias de la guerra en
todo su esplendor, pero no tienes a Steven Erikson diciéndote cada dos por
tres: “ey los genocidios son malos, la gente sufre”, sino que simplemente
plantea los escenarios que esto ha generado y los expone para que tú, como
lector, seas consciente de todo el horror y barbaridades que están sucediendo.
Tenemos a un gran grupo de refugiados malazanos que, junto a los restos del
ejército que aún conservan, van a tratar de cruzar medio continente para
ponerse a salvo en la única ciudad que todavía les pertenece. Va a ser
imposible no ver ciertos aspectos de nuestro mundo o de la naturaleza humana
reflejados aquí, por no mencionar el final de este libro, que es desgarrador a
más no poder y es increíble la sensación de impotencia que te logra
transmitir.
Memorias de Hielo
POSIBLES SPOILERS DEL FINAL DE LOS JARDINES DE LA LUNA
Volvemos a Genabackis en esta ocasión y lo celebramos de la mejor manera posible: una alianza entre nuestros buenos amigos los malazanos y las fuerzas conjuntas de Anomander Rake y Caladan Brood para enfrentarse al aterrador dominio painita, con costumbres tan saludables como el canibalismo y hacer que las mujeres engendren hijos de hombres muertos que luego se convertirán en los niños de la semilla de la muerte que los guiarán en la batalla.
Este me parece el mejor libro de Malaz
y a una diferencia abrumadora de sus competidores. Esa alianza prometía
muchísimo y el enemigo al que hacen frente demuestra estar totalmente a su
altura. El libro es un ladrillo de los
buenos, pero algo que tiene muy a su favor es que la narración no se hace tan
pesada como en otros y se lee bastante rápido entendiendo bastante cosas. Es un
auténtico sin parar y el final es de los más épicos de la saga.
La Casa de las Cadenas
Aunque no lo parezca, Steven Erikson tiene
sentimientos y cuando alguien le acusó de que no sabía escribir sin estar
saltando todo el rato de punto de vista, nos trajo lo que un su momento bauticé
como las "Karsaventuras", doscientas páginas en las que vamos
siguiendo al joven guerrero toblakai Karsa Orlong cuando sale de su tribu (y es lo mejor que puedes leer para echarte una buena
siesta). El inicio de este libro no es más que un
prólogo de la vida de Karsa antes de que tome el papel que acaba jugando dentro
de la historia de Siete Ciudades.
Quitando que el inicio sea lento, que
Karsa sea un troglodita que te cae mal desde que lo ves por primera vez, y que
no salgan los malazanos hasta el 15%, me parece que es el libro que menos me ha
gustado. La batalla final es esperable desde el final del segundo libro y tarda
tanto en llegar porque hasta entonces tienes distintas tramas que desembocan en
varias avalanchas de información nueva que por el momento no importa mucho (y además, señor Erikson, no me acuerdo ni de lo que he
comido hoy, ¿se cree usted que me voy a acordar de todo lo que me ha contado
aquí para cuando lea el siguiente?). Es que hasta
los personajes que repetían del anterior me han parecido que estaban
irreconocibles.
A este libro lo que le falta es ese
factor que tienen los anteriores de sacarte de pronto un plot twist que lo
cambia todo y te deja completamente enganchado, ya que ni siquiera la batalla
final logra transmitir eso.
Mareas de Medianoche
Si buscamos la palabra “Malaz” en este libro solo nos saldrá dos veces: en el título de la portada y en el de los agradecimientos, diciéndonos que sí, que no nos hemos equivocado y este es efectivamente el quinto libro de la saga.
No es como el salto que haces del
primero al segundo, porque aquí llegas al continente de Lether, cuya existencia
desconocías, y hay un nuevo sistema de magia que poco o nada tiene que ver con
las sendas. Además sucede antes de todo lo que has leído hasta ahora, y el
único personaje que conocemos es a uno que hace apariciones esporádicas en el
cuarto para reflexionar de la vida de jubilado.
Ni siquiera por el modo de
desarrollarse parece Malaz, antes siempre teníamos en mente a ejércitos
enfrentándose en grandes batallas, los juegos maquiavélicos de los dioses de
por medio y los cambios que se dan en las sendas. Sin embargo, aquí nos
encontramos con una sociedad totalmente capitalista y burócrata en la que el
dinero lo es todo, sin mención a nada de lo anterior durante una buena parte.
No es que sea un mal libro ni mucho menos, pero tiene el problema de que no
pega casi nada con los anteriores y desentona por eso.
Tiene gracia porque no hago más que pensar
en que aún hay un montón de temas que no he mencionado y tienen muchísimo más
juego, pero bueno, tampoco quiero que la entrada quede eterna y, ni mucho
menos, entrar en spoilers.
Honestamente, creo que esta saga es de las
que piden una relectura a gritos cuando la acabes por primera vez porque apesta
muy fuerte a que hay cientos de detalles ocultos y referencias de esas que te
vuelan la cabeza cuando al fin tienen algún sentido para ti y te preguntas cómo
no te diste cuenta en su momento si estaba todo clarísimo.
Tampoco nos engañemos porque esta saga
tiene momentos en los que es bastante densa y, o empiezas el libro con ganas y
mentalizándote de lo que estás a punto de hacer, o date por muerto. El único
truco que os puedo dar cuando os veáis abrumados es lo primero que he dicho:
seguir y seguir leyendo porque, quieras o no, siempre llegas a un punto en el
que todo cobra cierto sentido y ahí es cuando disfrutas de la complicidad de
toda esta historia y de los grandes personajes que la mueven.
Y, además, para qué vas a querer leer una saga corta y con sentido cuando puedes leer Malaz.
*Corrección ortográfica y de estilo por Inti Hernández (@thesunblessed)
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