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Analizando la primera mitad de Malaz: El Libro de los Caídos de Steven Erikson

     "Si estás atravesando el infierno, sigue andando"

    Estas fueron las inspiradoras palabras que pronunció Winston Churchill, ministro británico durante la segunda guerra mundial para avivar los ánimos de sus tropas contra las potencias del Eje. Yo, sin embargo, creo que el bueno de Winston en realidad era un adelantado a su tiempo y estaba pensando en Malaz cuando pronunció aquellas palabras. Y es que no encontraréis mejor resumen de la saga que ese.

    Oficialmente voy por la mitad de esta titánica saga y, como me quiero tan poco, voy a analizar en detalle cómo han sido estas lecturas hasta ahora. Para ello, voy a dividir la entrada en dos partes: la primera, en la que hablaré de aspectos más generales; y otra en la que comentaré brevemente cada libro por separado. Voy a evitar los spoilers a toda costa, aunque me temo que en algunas partes va a ser casi imposible no mencionar ciertos detalles. Que nadie se asuste porque los voy a señalizar muy bien para quien quiera los pueda pasar por alto sin ningún problema.



    Si por algún casual tengo algún alma extraviada que acaba de llegar, recuerdo que Malaz destaca por ser confusa a más no poder. Para empezar, el señor Erikson se debió de saltar la clase de preescolar donde enseñan el orden de los números ya que la cronología de esta saga es un maldito caos.

    Empezamos en los "Los Jardines de la Luna", donde tenemos a las tropas malazanas desplegadas en la conquista del continente de Genabackis, sin que sepas ni quienes son, ni cómo narices han llegado, ni qué hay realmente en juego. En el segundo libro, "Las Puertas de la Casa de la Muerte", pasa un poco lo mismo salvo que la introducción es al nuevo continente de Siete Ciudades que nada tiene que ver con lo anterior, ya que la verdadera secuela de Jardines la encontramos en el tercer libro, "Memorias de hielo", aunque ambos transcurran simultáneamente. En el cuarto, "La Casa de Cadenas", volvemos al continente de Siete Ciudades siguiendo la trama del segundo.

    Y os estaréis preguntando: “Pero, entonces, ¿cuál de las dos tramas sigue el quinto libro?”. Pues la respuesta os sorprenderá: ninguna. En "Mareas de Medianoche" nos encontramos el continente de Lether, del que no sabíamos absolutamente nada y además sucede antes de todo lo que hemos leído hasta ahora.

Orden de Malaz. He tenido apuntes de la carrera con más sentido que esto

    Malaz en lo que más destaca es en no querer facilitarte nada. En ningún momento se detiene a plantearse si te estás enterando o si, por el contrario, necesitas más explicaciones; y esto, en una historia tan grande y colosal con tantos elementos en juego, pues te acaba abrumando, dando muchas veces la sensación de que el ritmo es denso y que realmente no está pasando nada, o al menos nada que tú consigas ver. Esto me parece que se nota mucho más en los inicios de cada libro, porque Erikson tiene esa mala costumbre de lanzarte de golpe a un escenario que no conoces y hay que dar un salto de fe para seguir leyendo lo suficiente para conseguir hacerte una idea aproximada de lo que está pasando.

    Hay una cosa que destaco a su favor y es que siempre intenta que los acontecimientos realmente importantes queden lo más claros posibles, pero eso no quita que haya otras tramas por debajo que no consigues ver. Tramas que, a lo mejor, tienen más importancia que la que esperabas en un principio.

    Advierto que aquí no vamos a tener una lucha de buenos contra malos fácil de seguir, sino que todos nuestros personajes son grises y antes o después se van a ver involucrados en una especie de entramado del que nadie se puede librar y del que muy poco a poco conocemos detalles. Y mientras esto sucede, nos vamos a ir encontrando con algunas escenas llenas de puro gore y violencia, además del promedio de un genocidio por libro. Sin embargo, no son partes que estén especialmente recargadas con el único objetivo de sonar maduras, sino que me parecen el modo que tiene Erikson de reflejar nuestra realidad en su obra y usarlo como base para soltar todas las reflexiones filosóficas que tanto le gustan.

    Por el momento, yo sigo sin tener ni la más remota idea de qué va a pasar en los libros siguientes. Ahora mismo, tenemos tres tramas abiertas con pequeñas conexiones entre ellas y que ni siquiera transcurren en el mismo lugar, ni con los mismos personajes. Aquí hay una historia global, una historia que los propios libros te dicen que lleva cociéndose durante millones de años, y que en algún momento estoy convencida de que va a cobrar mucha más importancia.

    Esto último sería imposible conseguirlo sin todo el worldbuilding que hay detrás. En el prólogo de su primer libro, Steven Erikson nos dijo: "A todos los escritores en ciernes ahí fuera: Ambición no es una palabrota. Pasad del compromiso, id a por todas", lo cual personalmente me parece un mensaje precioso, pero es que si la ambición tiene alguna clase de límite moral o ético se la ha pasado totalmente por alto.

    A ver, recapitulemos, porque yo no soy como este señor y me molesto en que la gente me entienda: tenemos un sistema de magia llamado sendas que son básicamente corrientes de poder ancestral que suelen estar asociadas a un dios y que nunca se están quietas, sino que muchas veces vamos a tener conflictos entre ellas, convergencias, divergencias, una que se queda vacía y alguien la ocupa y más cosas por el estilo. Más o menos a cada raza le pertenecen unas sendas a las que puede acceder (y digo más o menos porque si yo no lo entiendo, vosotros tampoco) y esto es de especial importancia.

    No me voy a entretener en el apartado de las razas ya que hay tanto material aquí que no va a merecer la pena, solo digo que están muy lejos de ser los típicos clichés de la fantasía. Tenemos velociraptores con cuchillas por manos (k'chain che'malle), seres con tantas articulaciones que se pueden doblar de cualquier forma y cuentan con una gran fuerza (forkrul assail), humanos no muertos convertidos en hueso y polvo (t'lan imass), seres con colmillos capaces de dominar el hielo y el tiempo (jaghut), y elfos que se dividen en oscuridad (tiste andii), sombra (tiste edur) y luz (tiste liosan) entre otros. 

    Una cosa más que me encanta de Erikson es la facilidad que tiene de crear personajes tan buenos que disfrutas durante tantas páginas sin cansarte, para que al final tengan la relevancia justa que el libro requiere y en el siguiente llegue gente nueva a ocupar su lugar. La mayoría están bien construidos, pero desespera que haya tantos y que cambiemos todo el rato de punto de vista. A veces cuesta ubicarlos y esta es una de las principales razones por las que los inicios de Malaz siempre se atascan tanto. Además que nunca sabe cuándo frenarse e incluye personajes nuevos sin parar, hasta en los libros que son secuelas de otros.

    Cuesta entender a determinados personajes porque no sabes muy bien cuál es su papel, aunque sí que es cierto que la mayoría de las veces sus tramas se acaban conectando entre sí y les ves sentido una vez acabas el libro. Algo que Erikson hace muy bien es la forma en la que todos sus personajes se relacionan entre sí, haciendo que las interacciones entre los soldados malazanos (en especial de los zapadores y los Abrasapuentes) sean de lo mejor de la saga. En cuanto a los dioses, cabe decir que no son criaturas omnipotentes que se dedican a observar todo desde fuera sin intervenir, sino que no paran de meterse de por medio liando las cosas de mala manera y haciendo que muchos actúen como sus viles marionetas en el entramado. 



Los Jardines de la Luna 

         Aquí vamos a tener el gran inicio del que os estaba advirtiendo allá arriba. Erikson pone todas sus piezas en juego desde el primer momento y comenzamos con una gran batalla entre los malazanos y las fuerzas de Genabackis por tomar la ciudad de Pale. En esa batalla tenemos involucrados a la ciudad flotante de Engendro de Luna con los tiste andii liderados por el gran Anomander Rake, acompañado por Caladan Brood, quienes tratan de defenderla junto a las fuerzas locales de los malazanos de Dujek Unbrazo, su cuadro de magos, los barghastianos con sus explosiones y los Abrasapuentes, liderados por el sargento Whiskeyjack, que tratan de ser los primeros en entrar en la ciudad (y los últimos en salir).

        Es un inicio de lo más explosivo en el cual probablemente te pierdas en ciertos momentos y haya cosas que no acabes de entender. Lo mejor que se puede hacer con este libro es dar un salto de fe y seguir leyendo. Alcanzado el primer tercio es cuando comienzas a hacerte una especie de esquema mental de cómo funcionan las cosas aquí, y hay que intentar no rayarse con toda esa información nueva que no sabes dónde meter, porque lo más probable es que acabes conectando las cosas que te hacen falta sin ella. Solo intenta almacenarla al fondo por si en algún momento vuelve a ser importante.

        Este primer libro debo decir que, pese a todas las adversidades que presenta, a mí me acabó gustando bastante, aunque sí que es verdad que habiendo leído los siguientes de la saga a lo mejor sabe a poca cosa comparado con ellos. Si queréis ver la reseña completa que le hice la tenéis aquí 


Las Puertas de la Casa de la Muerte

        Malaz 2 tiene mucho de Malaz y poco de 2. Transcurre tras los sucesos del primer libro, pero cambiamos el continente de Genabackis por el de Siete Ciudades y solo repiten un total de cuatro personajes. En este nuevo panorama encontramos que el pueblo nativo de Siete Ciudades se está rebelando contra la ocupación malazana, organizando sus fuerzas en el sagrado desierto de Raraku guiados por la diosa Sha'ik del Apocalipsis.

        Este libro destaca por algo y es por ser especialmente duro y cruel. Aquí vemos las consecuencias de la guerra en todo su esplendor, pero no tienes a Steven Erikson diciéndote cada dos por tres: “ey los genocidios son malos, la gente sufre”, sino que simplemente plantea los escenarios que esto ha generado y los expone para que tú, como lector, seas consciente de todo el horror y barbaridades que están sucediendo. Tenemos a un gran grupo de refugiados malazanos que, junto a los restos del ejército que aún conservan, van a tratar de cruzar medio continente para ponerse a salvo en la única ciudad que todavía les pertenece. Va a ser imposible no ver ciertos aspectos de nuestro mundo o de la naturaleza humana reflejados aquí, por no mencionar el final de este libro, que es desgarrador a más no poder y es increíble la sensación de impotencia que te logra transmitir. 


Memorias de Hielo

 POSIBLES SPOILERS DEL FINAL DE LOS JARDINES DE LA LUNA

          Volvemos a Genabackis en esta ocasión y lo celebramos de la mejor manera posible: una alianza entre nuestros buenos amigos los malazanos y las fuerzas conjuntas de Anomander Rake y Caladan Brood para enfrentarse al aterrador dominio painita, con costumbres tan saludables como el canibalismo y hacer que las mujeres engendren hijos de hombres muertos que luego se convertirán en los niños de la semilla de la muerte que los guiarán en la batalla.

        Este me parece el mejor libro de Malaz y a una diferencia abrumadora de sus competidores. Esa alianza prometía muchísimo y el enemigo al que hacen frente demuestra estar totalmente a su altura. El libro es un  ladrillo de los buenos, pero algo que tiene muy a su favor es que la narración no se hace tan pesada como en otros y se lee bastante rápido entendiendo bastante cosas. Es un auténtico sin parar y el final es de los más épicos de la saga. 



La Casa de las Cadenas

POSIBLES SPOILERS DEL FINAL DE LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA MUERTE

             Aunque no lo parezca, Steven Erikson tiene sentimientos y cuando alguien le acusó de que no sabía escribir sin estar saltando todo el rato de punto de vista, nos trajo lo que un su momento bauticé como las "Karsaventuras", doscientas páginas en las que vamos siguiendo al joven guerrero toblakai Karsa Orlong cuando sale de su tribu (y es lo mejor que puedes leer para echarte una buena siesta). El inicio de este libro no es más que un prólogo de la vida de Karsa antes de que tome el papel que acaba jugando dentro de la historia de Siete Ciudades.

        Quitando que el inicio sea lento, que Karsa sea un troglodita que te cae mal desde que lo ves por primera vez, y que no salgan los malazanos hasta el 15%, me parece que es el libro que menos me ha gustado. La batalla final es esperable desde el final del segundo libro y tarda tanto en llegar porque hasta entonces tienes distintas tramas que desembocan en varias avalanchas de información nueva que por el momento no importa mucho (y además, señor Erikson, no me acuerdo ni de lo que he comido hoy, ¿se cree usted que me voy a acordar de todo lo que me ha contado aquí para cuando lea el siguiente?). Es que hasta los personajes que repetían del anterior me han parecido que estaban irreconocibles.

        A este libro lo que le falta es ese factor que tienen los anteriores de sacarte de pronto un plot twist que lo cambia todo y te deja completamente enganchado, ya que ni siquiera la batalla final logra transmitir eso.

 

Mareas de Medianoche

          Si buscamos la palabra “Malaz” en este libro solo nos saldrá dos veces: en el título de la portada y en el de los agradecimientos, diciéndonos que sí, que no nos hemos equivocado y este es efectivamente el quinto libro de la saga.

        No es como el salto que haces del primero al segundo, porque aquí llegas al continente de Lether, cuya existencia desconocías, y hay un nuevo sistema de magia que poco o nada tiene que ver con las sendas. Además sucede antes de todo lo que has leído hasta ahora, y el único personaje que conocemos es a uno que hace apariciones esporádicas en el cuarto para reflexionar de la vida de jubilado. 

        Ni siquiera por el modo de desarrollarse parece Malaz, antes siempre teníamos en mente a ejércitos enfrentándose en grandes batallas, los juegos maquiavélicos de los dioses de por medio y los cambios que se dan en las sendas. Sin embargo, aquí nos encontramos con una sociedad totalmente capitalista y burócrata en la que el dinero lo es todo, sin mención a nada de lo anterior durante una buena parte. No es que sea un mal libro ni mucho menos, pero tiene el problema de que no pega casi nada con los anteriores y desentona por eso. 


    Tiene gracia porque no hago más que pensar en que aún hay un montón de temas que no he mencionado y tienen muchísimo más juego, pero bueno, tampoco quiero que la entrada quede eterna y, ni mucho menos, entrar en spoilers.

    Honestamente, creo que esta saga es de las que piden una relectura a gritos cuando la acabes por primera vez porque apesta muy fuerte a que hay cientos de detalles ocultos y referencias de esas que te vuelan la cabeza cuando al fin tienen algún sentido para ti y te preguntas cómo no te diste cuenta en su momento si estaba todo clarísimo.

    Tampoco nos engañemos porque esta saga tiene momentos en los que es bastante densa y, o empiezas el libro con ganas y mentalizándote de lo que estás a punto de hacer, o date por muerto. El único truco que os puedo dar cuando os veáis abrumados es lo primero que he dicho: seguir y seguir leyendo porque, quieras o no, siempre llegas a un punto en el que todo cobra cierto sentido y ahí es cuando disfrutas de la complicidad de toda esta historia y de los grandes personajes que la mueven.

    Y, además, para qué vas a querer leer una saga corta y con sentido cuando puedes leer Malaz.

 *Corrección ortográfica y de estilo por Inti Hernández (@thesunblessed)

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