Hay veces en que las cosas no son como esperamos, nuestros planes fallan por muy bien calculados que estuviesen y no podemos hacer nada más que aceptarlo y seguir adelante con nuestra vida.
Y no, por raro que parezca no estoy hablando de mí en esta ocasión, sino de lo que debió de pensar la señora Tamsyn Muir al ver que lo que iba a ser la primera parte de su último libro evolucionó hasta tomar vida propia, y entonces pasó de tener una trilogía a tetralogía con esa tal Nona de por medio.
Antes de pasar a la reseña, os advierto que no hay spoilers de "Nona la Novena", pero es altamente recomendable que solo continuéis leyendo a partir de aquí si habéis leído los libros anteriores. No os deprimáis tan rápido si no es el caso, que os dejo por aquí las reseñas de "Gideon la Novena" y "Harrow la Novena" para que os pongáis al día mientras tanto.
SINOPSIS:
Su ciudad está bajo asedio.
Han vuelto los zombis.
Pero Nona solo quiere una fiesta de cumpleaños.
Nona es como los demás en muchos sentidos. Vive con su familia, trabaja en la escuela local y le encanta pasear por la playa y conocer perros nuevos. Pero en realidad Nona no es como los demás. Hace seis meses despertó en el cuerpo de una desconocida y teme verse obligada a devolverlo.
La ciudad se cae a pedazos. Una esfera azul y monstruosa flota en el horizonte, lista para destruir el planeta. Los efectivos de Sangre del Edén han rodeado las últimas instalaciones del Séquito y esperan a que el Emperador Imperecedero venga a buscar a los suyos. Los líderes del grupo terrorista quieren convertir a Nona en el arma que los salve de las Nueve Casas. Nona preferiría llevar una vida normal con la gente a la que quiere, con Pyrrha y Camilla y Palamedes, pero es consciente de que nada dura para siempre.
Y, todas las noches, Nona sueña con una mujer con una calavera pintada en el rostro...