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Cómo hacer que tus ojos de fantasía sean realistas

    Cuatro años estudiando ojos han conseguido dos cosas: que odie la universidad con toda mi alma y obsesionarme con los ojos que veo. Para mi desgracia, esto ha hecho que me dé cuenta de todos los ojos sin sentido que hay por el mundo, así que, como una de las labores principales de los ópticos optometristas es concienciar e informar a la población, aquí viene una entrada dedicada a ello. (¿Cómo supiste que en realidad estoy procrastinando porque no quiero estudiar para los exámenes?)

       Empecemos por una lección bastante básica.

    El globo ocular está formado por varias estructuras. La primera de ellas es la córnea, la lente principal de nuestro ojo. Tras ella encontramos la pupila, encargada de regular la cantidad de luz que recibimos, y el iris, el área coloreada que la rodea. Detrás tenemos el cristalino, que cambia su forma según nos enfoquemos en visión lejana o próxima. A continuación, encontramos un líquido gelatinoso y transparente llamado humor vítreo, que cubre todo el espacio hasta llegar a la retina, la zona de nuestro ojo que contiene las células que perciben la luz (fotorreceptores) y donde se transmite la imagen al cerebro a través del nervio óptico. 

Este dibujo entrará en el examen

    Hay varios factores que pueden alterar el correcto funcionamiento de nuestra visión. Uno de los más comunes son las ametropías, que se producen cuando la imagen no está enfocada sobre la retina, sino que se forma antes de ella (siendo el caso de la miopía) o detrás (hipermetropía). El astigmatismo, en cambio, lo tenemos cuando la córnea no es una esfera perfecta, sino que es asférica con potencia en dos meridianos, por lo que el astigmatismo siempre dependerá de un eje. El tipo de lente con el que se corrige cada defecto es diferente, siendo las lentes negativas para la miopía, las positivas para hipermetropía y cilíndricas para el astigmatismo. 

Ahora puedes entender porque eres un ciego sin las gafas

    Otra alteración importante a tener en cuenta es la presbicia o vista cansada, o por qué las personas adultas se alejan todo dos metros para poder leerlo. El cristalino, esa parte que os he dicho antes que cambia de forma según veamos de lejos o de cerca, con la edad pierde elasticidad, haciendo que seamos incapaces de ver a ciertas distancias. Esto se soluciona poniendo una lente positiva adicional sobre la graduación de lejos, lo que permite recuperar esa capacidad de enfoque que hemos perdido. Así que, por favor, si uno de vuestros personajes tiene más de cuarenta años, ponedle gafas de cerca (también se pueden poner lentes progresivas que dan visión en todas las distancias). 

    El cristalino también puede ir perdiendo su transparencia, haciendo que se forme una catarata que, si crece lo suficiente, obstaculizará por completo el paso de la luz hasta la retina. De hecho, cualquier cosa que no sea transparente interferirá en el proceso. Y, por cierto, la famosa "parte blanca del ojo" se llama en realidad esclerótica, y ya os podéis ir despidiendo de los ojos que brillan en mil colores porque lo único que consiguen es dejar ciego a quien los tenga. Si queréis ponerla con algún color, que sea de amarillo por sequedad ocular o roja por una inyección conjuntival o hemorragia. 

    En cuanto al tema de sacar ojos: las heridas por perforaciones profundas dejan el ojo destrozado, pero si lo que os interesa es sacar todo el globo ocular de su órbita, entonces prestad atención. Lo primero de todo es cortar con un bisturí (o cualquier objeto que pinche) el párpado superior e inferior para crear una abertura con la que trabajar. El ojo está sujetado por varios músculos, lo que nos permite moverlo en distintas posiciones de mirada (y también es lo que impide que al ponernos lentillas estas acaben en la parte de atrás del ojo, por cierto). Nuestra técnica consiste en cortar estos músculos hasta liberar el globo ocular. Es posible que durante este proceso os encontréis con una cosa marrón algo desagradable en la parte de arriba, pero no asustarse que tan solo es la glándula lagrimal. Una vez lo tengamos todo preparado hay que cortar el nervio óptico desde atrás. Recomiendo que para esta tarea llevéis vuestro mejor bisturí, porque el nervio es bastante duro y cuesta cortarlo. Si durante el procedimiento pincháis por accidente el ojo, es probable que salgan liquidillos blancos o negros, nada de sangre. Cuando acabemos al fin de cortar el nervio óptico, ya tendremos nuestro ojo recién salido y solo tendremos que retirarlo de la cuenca vacía. 

    Que nadie intente hacerlo en casa. 


    Si en vez de una pérdida completa tenemos una herida o perforación superficial, es posible que podamos salvar el ojo mediante un trasplante de córnea. Esta parte del ojo no está vascularizada, por lo que suele ser una operación bastante fácil de realizar (que haya buenos resultados y consigamos recuperar visión es algo que se verá más adelante). Y como dato curioso, si cortamos parte de la córnea a un ojo miope le estaremos corrigiendo sin necesidad de gafas o lentillas. ¿No es maravilloso?

    Y hasta aquí la clase de hoy, creo que como lección básica es más que suficiente. Espero que los conocimientos ópticos que habéis adquirido os hayan parecido interesantes. Si os gustan este tipo de entradas hacédmelo saber, que tengo mucha más sabiduría ocular que compartir y muy pocas ganas de seguir estudiando.

 *Corrección ortográfica y de estilo por Inti Hernández (@thesunblessed)

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