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Por qué el caos debe triunfar al escribir

    Hoy estoy con ánimos de celebrar algo muy importante para mí: tras 15 capítulos, 123 paginas y 58.026 palabras, la primera parte del #ProyectoVesdarion está oficialmente escrita. 

    Soy muy consciente de que aún me queda muchísimo trabajo por delante para terminar mi intento de novela, pero la verdad es que estoy bastante emocionada. Acabo de ver cómo todo el trabajo de tantos meses ha tenido al fin el resultado que tanto ansiaba y todavía me cuesta asimilar que lo he logrado. Precisamente por esto he acabado reflexionando sobre cómo entiendo la escritura y creo que es un tema lo bastante importante como para ganarse una entrada especial. Quizás estéis de acuerdo conmigo o quizás no, creo que ahí es donde está la gracia de todo este asunto. 



     Escribir no es un arte objetivo. Da igual lo que te digan, no hay ninguna regla universal que siempre deba cumplirse. Esto no es como cuando vas al colegio siendo un niño, te enseñan que dos más dos son cuatro y eso ya vale para toda la vida, sino que cada uno debe encontrar su propio estilo, descubrir cuál es la historia que le interesa y cómo quiere contarla. Y creo que esta es la parte más dura de todo el proceso creativo, sobre todo si no tienes ninguna base de la que partir.

    Os voy a contar un poco acerca de mi experiencia personal. Yo tenía mi mundo de fantasía medianamente bien construido y vagas ideas sobre quiénes iban a ser mis personajes y la historia que les esperaba. Seguía sin estar muy segura de lo que estaba a punto de hacer, así que empecé a buscar cosas con las que poder orientarme. Si ahora ponéis en Google "consejos para ser escritores" os saldrán aproximadamente un millón de resultados en los que siempre se enfocarán en los mismos temas con un contenido más o menos similar. Y, de acuerdo, eso puede servir para hacernos entender las cosas de otra manera y percatarnos de detalles que a lo mejor estábamos pasando por alto, pero también creo que hay un problema cuando te obsesionas en cumplir todas esas pautas, creyendo que así tu obra será definitivamente perfecta cuando en realidad no tenemos nada garantizado. 

El único consejo que todo el mundo debería seguir

    Me pasa que cuanto más escribo, más veo estos consejos como clases de "escribe como yo" patrocinadas por autores que no son ni la mitad de buenos de lo que se creen tan solo por el hecho de haber publicado algo en algún momento de sus vidas. O sea, tenemos a súper ventas como Brandon Sanderson diciéndonos que sus métodos de escritura no son universales, que no a todo el mundo le van a servir porque cada uno tiene su propia manera de entender la escritura, y pienso que esa es la idea que se debe transmitir, sin buscar imponer nada.

    Por ejemplo, en casi todos estos lados recomendaban escribir algo breve antes de lanzarse a una novela, y mucho menos si se trata de una saga (como cada día temo más que sea mi caso, pese a mi idea inicial de querer hacer un autoconclusivo), y me lo tomé muy en serio en su momento. Muy bien, tenía un mundo ya construido: ¿escribía un relato acerca de acontecimientos del pasado? ¿O de un país que no llega a verse en la novela original? ¿O mejor debo centrarme en mis personajes y escribir escenas que suceden antes de que comience la acción? ¿O aprovechar y adelantar las escenas importantes que van a pasar teniendo en cuenta que aún no sé cómo llegar hasta ellas?

    Y sí, la verdad es que por culpa de esa fase pasé muchísimo tiempo bloqueada. Yo lo que quería en ese momento no era hacer relatos con los que entretenerme, sino contar la colosal historia que tenía en la cabeza y que había ido fraguando durante años con innumerables cambios. Vale, estaba a punto de cometer una locura teniendo en cuenta que la única experiencia previa que tenía eran las novelas de dudosa calidad que escribía con quince años y que ninguna superó las 50.000 palabras. Pero, ¿de qué servía seguir esperando? ¿Para bloquearme aún más y cargarme de dudas? ¿Para darme tiempo de hacer los relatos que todo el mundo insistía que debía escribir primero para sentirme mejor? ¿Realmente llegaría el momento en el que me vería completamente segura de lo que iba a hacer? 

"I'm not writing a book, I'm writing a chapter. 
I'm not writing a chapter, I'm writing a page. 
I'm not writing a page, I'm writing a line."

    Planifiqué vagamente los acontecimientos más importantes de la primera parte de la novela y me lancé con eso. Enseguida descubrí que el primer capítulo se me atascaba muchísimo por toda la importancia que le estaba dando, e hice la cosa más inteligente que pude hacer en ese momento: lo dejé de lado y escribí el segundo. No tenía relación alguna con el primero así que me pude permitir ese lujo y me sentó bastante bien. Estaba más familiarizada con el personaje que llevaba las riendas en esa escena y con las cosas que le pasaban, así que me sirvió para ir cogiendo poco a poco el estilo que quería tener. Lo acabé y me gustó ver cómo una pequeñísima parte de mi historia comenzaba a tomar forma. ¿Sabéis esa sensación cuando te presentas a un examen y lo entregas sin tener ni idea de cómo ha ido, pero al menos tienes la tranquilidad de haberlo hecho? Pues eso mismo sentí yo con estos primeros capítulos.

    Y solo mejoré a base de seguir y seguir escribiendo. Empezaba a gustarme las cosas que hacía e ir avanzando con la historia también me dio un subidón de ánimos. Entonces llegué a un capítulo que sabía lo importante que iba a ser y al fin escribí la escena que llevaba AÑOS rondando por mi cabeza. Cuando la acabé solo podía pensar en lo bien que me había quedado y en lo orgullosa que estaba de mi libro en ese momento.

    Porque a veces había tenido la sensación de que lo que quería construir era demasiado grande y que quizás yo no estuviese a la altura de lo que la historia requería. Claro que me gustan las novelas que son fáciles de leer y que te entretienen, pero sencillamente eso no era lo que me pegaba escribir. ¿Qué clase de problema hay con que tu primera novela quiera ser ambiciosa? ¿Acaso lo correcto sería escribir algo con menos potencial para engañarme a mí misma y privarme de lo que realmente quería hacer?

    Recuerdo las palabras de Steven Erikson acerca de lo difícil que fueron sus inicios con Malaz, cómo todo el mundo le acusaba de ser demasiado complejo, de salirse del molde de la fantasía convencional y no poder encajar su obra en ningún lado. Hasta hubo un editor que le llegó a decir que probase con algo menos ambicioso si quería que su trabajo viese la luz. Si os interesa este tema os recomiendo que al acabar la entrada vayáis directos a leer el prólogo de "Los Jardines de la Luna" donde habla precisamente de esto (sin que haga falta que después continuéis leyendo el libro, por favor no os torturéis de esa manera). Y me parece bastante curioso que varios de los conceptos que comenta ahí ya me los había replanteado yo mucho antes de comenzar a leerle.

"Una última palabra para todos los escritores en ciernes ahí fuera. 'Ambición' no es una palabrota. Pasad del compromiso. Id a por todas. Escribir con un par de huevos, con un par de ovarios. Sí, es un camino mucho más difícil, pero creedme, vale totalmente la pena."
  

    Todo el mundo nos dice que para ser escritor primero hay que ser un buen lector y no puedo estar más de acuerdo con esa afirmación. Aunque hay que tener cuidado: leerte más de veinte libros al mes no te va a ayudar absolutamente de nada si no te detienes a analizar en profundidad. ¿Qué tiene esa escena que acabas de leer para haberte tenido tan enganchado? ¿Cómo está estructurada? ¿Cuál es el camino que ha ido siguiendo hasta llegar hasta aquí? ¿Qué papel han tenido los personajes? ¿Hacia dónde crees que se dirige la trama a partir de este punto y por qué? Y cuando lo hayas terminado hazte un esquema mental de cuáles son sus puntos fuertes y débiles. Quizás haya ciertas cosas que tú hubieses cambiado para mejorarlo, tienes que nutrirte de eso para ir mejorando tu propia escritura.

    Es inevitable que vamos a tener asociados clichés del género que escribamos y depende de nosotros decidir cómo los gestionamos. No hay ningún modo correcto de enfocar nuestro libro por mucho que nos intenten vender la forma que debemos darle. Por ejemplo, casi todo el mundo dice que los inicios tienen que ser potentes, especialmente si estamos ante una saga, pero ahí tenemos al primer libro de "La rueda del tiempo" siendo un somnífero. También te advierten que confundir al lector nunca es buena idea, a la vez que "Malaz" y "Harrow la Novena" lo petan en ventas por conseguir que apenas entiendas qué está pasando. Y también "Canción de Hielo y Fuego" y "El Archivo de las Tormentas", que son mundos de fantasía que nos abruman con una gran cantidad de datos y nombres inventados desde el comienzo y es imposible no acabar sobrecogido cuando los lees por primera vez. Si esos libros hubiesen querido seguir una especie de camino preestablecido de antemano seguramente habrían perdido todo lo que los hace únicos y no dejarían de ser copias unos de otros.

    Otro consejo que he visto mucho es que no hay que abusar de las descripciones y sinceramente eso me parece muy fácil de malinterpretar. Quitando los diálogos, una novela es pura descripción. Entiendo que va dirigido para evitar que sueltes cientos de páginas llenas de información irrelevante, pero vaya, a lo mejor profundizar en los sentimientos de un personaje o lograr una buena ambientación es importante para ti. O quizás simplemente te apetece presumir del worldbuilding que has hecho y tienes todo el derecho a hacerlo. (En mi novela hay una parte que transcurre cerca de un volcán formado por las tripas de un Dios Caído que cada poco tiempo entra en erupción y escupe nubes de ácido y por mis muertos que voy a describir eso como se merece).

    Me parece mucho más importante aprender el concepto de no saturar de información, distinguir cuándo es el momento oportuno para meter ciertas cosas y asumir que, por muchas ganas que tengamos de mostrarlo todo, siempre tendremos algo que no va a encajar en ningún lado y que tampoco va a sumar nada nuevo, por lo que lo mejor es prescindir de ello. Quién sabe, a lo mejor es una idea que nos será más útil en otro momento. 


    ¿Y por qué esa obsesión en fantasía de que lo más importante es presentar el mundo que hemos creado? ¿Qué necesidad hay de explotar cada mínimo detalle del worldbuilding? ¿Eso hace que una obra sea mejor? A lo mejor estamos en el caso de que lo que más nos interesa es hacer un buen desarrollo de nuestros personajes con una trama interesante, y creamos un mundo algo plano y con claras influencias del nuestro para que pueda funcionar. Lo tenemos en el "Círculo del Mundo" de Joe Abercrombie, en la bilogía de "Seis de Cuervos" de Leigh Bardugo o en "The Poppy War" de Rebecca F. Kuang. Y, vaya, que todos son libros de bastante éxito.

    Algo parecido sucede cuando hablamos de los personajes, deberíamos tener total libertad para crearlos y no simplemente sacarlos de una especie de molde preestablecido. De acuerdo, que muchos van a seguir ciertos patrones que ya habremos visto antes, eso también es inevitable, pero yo creo que la gracia es conseguir que se vayan adaptando a nuestras historias, ver qué papel exacto juegan en ella, la forma en la que interactúan con su entorno y cómo van evolucionando.

    Sus objetivos tampoco tienen que ser un rasgo mega importante de su personalidad, tan solo servir como una base con la que ir moviendo los acontecimientos. A fin de cuentas, son los personajes quienes hacen que la historia avance y tienen que aportar algo. Igual nos vale como protagonista alguien cuyo mayor sueño es entrar en una escuela de arte como otro que busca dar un golpe de estado en su país para iniciar una guerra contra la gente que odia. Sus progresos van a depender mucho del contexto en el que estén, a ambos les van a pasar cosas que no van a depender de ellos y tendrán que ir adaptándose para no quedarse rezagados. También cabe recordar que nadie en esta vida es un señor tenebroso que busca destruir el mundo para convertirlo en cenizas, al igual que nadie es un héroe señalado por una profecía cuyo destino es traer la paz usando el poder de la amistad.

    Nuestros personajes no tienen que ser perfectos, ni siquiera hace falta que sean buenas personas con ganas de salvar a nadie o que el lector se identifique con ellos. También creo que cuanto más grises les saquemos mucho mejor construidos estarán y que abusar de personajes planos puede salir terriblemente mal. 

"La creatividad no se trata de la idea más original, sino del modo que tenemos de ponerla en práctica."
  

    Si se da el caso de que además tenemos un sistema de magia, es altamente probable que hayamos visto cientos y cientos de veces consejos acerca de lo que tiene y no tiene que ser, que lo comparemos con otros sistemas del estilo preguntándonos si de verdad lo nuestro funciona tan bien. Últimamente me da la impresión que está muy de moda decir que las leyes de Sanderson son las que mejor funcionan para esto y que han revolucionado el modo de ver la fantasía (y si no tenéis ni idea de qué son pues buscadlo en Google, que os lo tengo que dar todo hecho). Y, vale, me parece muy bien y os felicito si de verdad os han servido para avanzar con más seguridad, pero me temo que volvemos a estar en las mismas. ¿De verdad tengo que aplicarlas al mundo que he creado? ¿Estará mal si veo que lo que he hecho no cumple ciertas cosas? ¿Debo redefinirlo todo para que encaje mejor?

    A todo esto, yo os lanzo la siguiente pregunta: ¿seguro que no hay riesgo de que todos los sistemas de magia se acaben pareciendo mucho entre ellos si todo el mundo se pone a seguir las mismas pautas para crearlos, como si eso fuese una especie de verdad universal? Que cada uno saque sus propias conclusiones. 


    La velocidad es otro tema que también me molesta cómo está enfocado. Seguro que más de uno al ver el número de palabras que tengo habréis pensado: joder, eso es poco más que un NaNoWriMo y tú te has pegado seis meses para escribirlo. Pues sí, efectivamente, y no os falta razón. Le doy mi más sincera enhorabuena a la gente que es capaz de ponerse a escribir como locos y sacar 50.000 palabras en un mes, a los autores que escriben seis páginas cada día como Stephen King y a los que sacan cinco libros al año y aún les queda tiempo para escribir en secreto como Brandon Sanderson.

    Sencillamente me temo que esa capacidad es algo que está fuera de mi alcance. El máximo de palabras que he llegado a alcanzar en un solo día fueron poco más de 2.500 y tan solo porque fue un maratón especial que hice para conseguir acabar ya el último capítulo de mi primera parte. Muchas veces he tenido días en los que apenas superaba las 300 y me iba a dormir tan feliz pensando en lo bien que me habían quedado.

    Vale, puede que sea muy cuidadosa con cada maldita frase, que eso me haga ir más lento de lo que me gustaría y que tarde un mes entero en escribir un capítulo de diez páginas. Pero a mí me gusta pensar que lo que hago es detenerme para avanzar sobre seguro, ver que todas las piezas encajan como tienen que hacerlo antes de seguir, y que así el bendito día que acabe con la novela tendré menos cosas que corregir (ahora es cuando vienen mis betas a decirme lo mal que lo he hecho todo y me pongo a llorar sin que se enteren). Ojo, que no estoy diciendo que todos los que escriben a la velocidad de la luz vayan a tener sus primeros borradores de peor calidad, eso no tiene absolutamente nada que ver. 


"Escribe palabra a palabra y no pienses más allá de eso."

    

    Relacionado con este tema: ¿soy mapa o soy brújula? Pues yo más bien creo que soy de ese tipo que se hace un mapa básico con colorines, lo retiene en la cabeza y a partir de allí coge una brújula para llenar los huecos que le van surgiendo por el camino del mejor modo que encuentra (también podemos decir que soy un desastre, no pasa nada por admitirlo). No me gusta hacer las divisiones de capítulo de antemano, sino que hago una especie de resumen general y de ahí voy sacándolo todo mientras pienso en qué parte es mejor cortar y qué cosas tengo que ir añadiendo sobre la marcha. Tampoco me hago fichas de personajes por la sencilla razón de que nunca le he visto utilidad a encasillar a mis personajes de una cierta manera y dejarlo por escrito, como si eso fuese la verdad absoluta e irrevocable. Al ponerme a escribir ya sé cuál es su modo de ser, cómo van a actuar ante las situaciones que les voy a presentar y que clase de evolución van a tener a lo largo de la historia.

    George R.R. Martin creo que escribe con un sistema bastante parecido a este. Para él no tiene sentido hacerse una escaleta que seguir paso por paso, ya que de esta manera lo único que consigues es escribir dos veces la misma historia, perdiendo la emoción de hacerlo por primera vez (a lo mejor Martin no es el mejor con el que compararme, pero bueno ya me entendéis). ¿Que tú con sólo pensar en seguir este método te agobias? ¿Necesitas tener el esqueleto de la historia preparado al milímetro antes de sentarte a escribir? ¿O eres totalmente brújula y confías que todo te acabe encajando de alguna manera impredecible? Pues que sepas que me parece perfecto. 

     

    A donde quiero llegar con todas estas parrafadas interminables es que hay libros y libros del mismo modo que cada autor es distinto y cada cual va a escribir siempre a su manera, pensando en qué es lo que mejor se adapta a su estilo y a las ideas que busca transmitir. Somos personas diferentes por naturaleza, con distintos modos de ver la vida y eso va a influir en nuestra escritura sin que podamos evitarlo. Por eso a lo mejor nunca vas a escribir igual que tu escritor favorito ni logres trabajar de su misma forma. No hay ningún modo correcto de entender la escritura, ni uno que sea más acertado que otro.

    Y, en fin, que estas son solo mis reflexiones inexpertas acerca de este tema y no tenéis que estar de acuerdo conmigo en todo ni muchísimo menos. No creo tener la respuesta a qué hace que un libro sea más o menos bueno, ya que eso es un tema muy subjetivo que depende de un millón de factores más. Sinceramente, yo solo voy a centrarme en escribir mi libro como quiero hacerlo sin preocuparme de nada más y me parece que ese es otro gran consejo que todos deberíamos seguir.

    Quizás mi historia no sea tan buena como yo me la imagino y acabe enterrada en lo más oscuro de un cajón para siempre. Quizás sea un completo fracaso y nunca más vuelva a escribir nada. O puede que solo esté delirando en estos momentos y en un par de años os traiga la mejor novela de fantasía española que se ha hecho nunca. Quién sabe. 

 *Corrección ortográfica y de estilo por Inti Hernández (@thesunblessed)

2 Comentarios

  1. Holaaaa, Reichel, que buena entrada, mija. Hace poco empecé a escribir una historia de fantasía, por lo general suelo escribir ensayos y esas cosas, y mucho de lo que mencionaste aquí son algunos de mis problemas. Me encantó lo que dijiste del primer capítulo, porque algo similar me esta pasando ya que se me esta complicando y creo que haré eso que dijiste de ir por el segundo. También esta eso de no empezar por algo muy grande, pero me preguntaba y que hago si la idea que tengo no se enfoca a eso, y siiiii con lo del sistema de magia, la verdad es que a mi me suele valer madres, no voy a mentir. En mi caso la magia es más brujería al estilo vudú o la concepción que se tiene de brujería en africa y pues lo de Sanderson no me funcionaría ni un poco a lo que estoy escribiendo, pero vez que todo el mundo menciona que es un técnica genial para nuevos escritores. Y haré tal y como dijiste, escribir mi libro a mi estilo e ir dándole la forma que realmente quiero darle.

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    1. Holaaa, me alegro un montón de que te haya gustado la entrada y de que te haya podido ayudar para tu historia. Si, creo que ir escribiendo tu libro tal y como quieras, sin dejarte llevar por ningún consejo random, es lo mejor que puedes hacer y ojalá te salga genial. Gracias por tu comentario :D

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