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RESEÑA: Ciudad de Jade (Huesos Verdes 1) de Fonda Lee

   Hoy toca hablar del libro que más me ha sorprendido últimamente, un libro que debe ser la cosa más ambiciosa y original que he leído en mucho tiempo, a pesar de que tenga sus más y sus menos.

    Me parece muy triste que un libro con este nivel sea tan poco conocido en español, por lo que ha llegado el momento de aportar mi granito de arena y reseñar "Ciudad de Jade", la primera parte de la saga de los Huesos Verdes escrita por Fonda Lee.


 
SINOPSIS:

El jade es el alma de la isla de Kekon. Durante siglos, los kekoneses lo han extraído de las entrañas de la tierra, han comerciado con él, lo han robado y han matado por él. Honorables guerreros huesos verdes como la familia Kaul lo han empleado para aumentar sus habilidades mágicas y defender la isla de las invasiones extranjeras.

Ahora la guerra ha terminado y una nueva generación de la familia Kaul compite por el control de la floreciente capital de Kekon. Solo les preocupa proteger a los suyos, monopolizar el mercado de jade y defender los distritos que se hallan bajo su protección. En estos tiempos de cambio no hay lugar para las antiguas tradiciones.

Cuando aparece en las calles una nueva y poderosa droga que permite a cualquiera (incluso a los extranjeros) usar el jade, la creciente tensión entre la familia Kaul y sus rivales, la familia Ayt, estalla y transforma la ciudad en un campo de batalla. El resultado de esta guerra de clanes decidirá el destino de todos los huesos verdes y el futuro de la propia Kekon. 

 

    Yanlún, la capital de la isla de Kekon, es una moderna urbe dominada por distintos clanes familiares que la controlan a su antojo y que prácticamente actúan como mafias: influyen en la vida política, cobran impuestos a los negocios y viviendas que estén en sus calles, protegen su territorio de otros clanes y, lo más importante: controlan la producción y la venta de jade a nivel global.

    El jade es la auténtica fuente de poder de este mundo, ya que permite a los kekoneses convertirse en unos guerreros mágicos llamados huesos verdes que cuentan con unas grandes habilidades físicas y mentales. Gracias a ello, los kekoneses lograron protegerse de las invasiones extranjeras y defender su control sobre el jade. Sin embargo, con el paso de los años ha surgido una nueva droga, el sene, que es capaz de hacer que cualquier persona, incluso los extranjeros sin entrenamiento, usen el poder del jade.

    Bajo esta premisa vemos como poco a poco se va fraguando una guerra por los nuevos intereses entre los dos principales clanes de la ciudad: el clan Sin Cumbre, liderado por la familia Kaul, y sus rivales, el clan Montaña de la familia Ayt.

    Lo cierto es que el principio resulta algo lento e introductorio. Sin embargo, hay una cosa que juega mucho a su favor y es que el mundo es tan complejo y lleno de matices que se disfruta mucho, a pesar de que a veces aprovechen para colarte info dumpings. El libro trata de situarte cuanto antes para que disfrutes de la ambientación, conozcas lo básico del sistema de magia de los huesos verdes e intuyas quiénes van a ser los personajes más destacables. Cuando al fin pasas por esa etapa, las cosas comienzan a torcerse y ves cómo se aproxima la tan esperada guerra entre clanes por el control de la ciudad y el jade.

" El jade es la muerte para la gente como tú. Lo robáis, lo pasáis de contrabando, os lo ponéis… Todo acaba siempre igual: con vosotros alimentando a los gusanos"
  

    Debo decir que la ambientación de este mundo me ha encantado. Estamos en una metrópoli claramente influenciada en el Hong Kong de la década de los ochenta, salvo con el pequeño detalle de que aquí las mafias las llevan guerreros mágicos casi invencibles. Lo mejor es que esta mezcla de elementos tan dispares sale a la perfección y el mundo se siente muy real. No sé si es por la novedad de leer con esta inspiración, pero lo que está claro es que me ha maravillado el mundo de este libro.

    El sistema de magia también me ha fascinado. Los huesos verdes son portadores de jade, un material divino que solo puede extraerse de las minas de Kekon y que proporciona capacidades mágicas. Hay diversas habilidades que pueden emplearse y se precisa de un gran entrenamiento para ser capaz de controlarlas. Todo este sistema de magia está perfectamente explicado y desarrollado. Nos dan un montón de detalles sobre su funcionamiento, pero en ningún momento se hace pesado, lo cual es una cosa que he agradecido mucho. También tenemos detalles curiosos, como que el jade actúa como si fuese una droga: a más cantidad lleves encima, más poderoso te vuelves, teniendo más riesgo de no poder tolerarlo y acabar enloquecido o muerto, además que produce resaca o síndrome de abstinencia como toda buena droga que se precie.

" El jade era una sustancia misteriosa pero natural, no un regalo de los dioses ni los restos de algún lugar celestial. Los kekoneses habían tenido suerte genéticamente, como los primeros monos con pulgares oponibles, pero eso era todo; los humanos no descendían de los dioses y no volverían a ser dioses. La gente era gente. El poder del jade no la hacía mejor ni la acercaba a la divinidad; únicamente la volvía más poderosa."
  

    Sobre los personajes, tengo que decir que me han acabado sorprendiendo más de lo que esperaba. Al principio no apostaba demasiado por ninguno de ellos, ya que me parecían algo estereotipados y su trasfondo era lo que les hacía interesantes. Sin embargo, la narración avanza bien con solo esto y cada vez se va centrando más en ellos para intentar mejorarlo. Ayuda mucho que vayamos alternando puntos de vista entre los personajes principales, ya que gracias a eso los vamos conociendo más de cerca y podemos apreciar cómo poco a poco van evolucionando.

    También tengo una pequeña pega al respecto y es que ciertas reacciones de los personajes me parecieron un tanto forzadas y premeditadas, sobre todo porque el final de uno de los personajes me lo intuí desde el principio y no termina de convencerme el camino que lo llevó hasta allí.

    Creo que los puntos más fuertes del libro son su worldbuilding y la evolución que vemos en los personajes. La narración tiene un ritmo un tanto irregular a lo largo de la historia, pero tiene la gran ventaja de que en ningún momento se hace pesada de leer. La trama gira en torno a luchas estratégicas entre los clanes, dilemas políticos, conflictos familiares y más peleas de huesos verdes. Hay un inconveniente poco importante a todo esto, y es que la narración a ratos se hace un pelín densa y tiende a abusar un poco de los info dumpings en un contexto donde no aportan demasiado, más allá de profundizar en la construcción de este mundo tan fascinante.

    La última parte me parece de lo mejor de todo el libro, porque al fin es cuando se pone el acelerador y todo lo que hemos tenido hasta ahora acaba explotando de la mejor manera. Tengo que remarcar otra ligera pega, y es que a veces me daba la sensación de que las escenas de acción se me quedaban un poco cortas, como si la autora estuviese deseando que acabasen rápido para pasar a otra cosa sin querer detenerse mucho en ellas.

" El hombre que porta la corona de rey no puede portar el jade de guerrero. Oro y jade no se mezclan. Los huesos verdes vivimos con arreglo al aisho. Defendemos al país de sus enemigos y a los débiles de los fuertes. Cuando acabe la guerra y hayamos derrotado a los shotis, el clan tendrá que reconstruir el país y proteger a la gente del caos."
  

    El final tiene otra cosa buena y es que podemos considerarlo bastante cerrado, lo cual está muy bien, pero yo tengo claro que no tardaré mucho tiempo en ponerme con el segundo libro porque esta primera entrega me ha maravillado y quiero seguir descubriendo este mundo.

    En conclusión: Una historia muy sólida con un worldbuilding complejo e innovador, un sistema de magia original y bien definido, una trama política y unos conflictos familiares construidos a la perfección y un par de personajes disfrutables. En definitiva, una de las mejores lecturas del año.

 *Corrección ortográfica y de estilo por Inti Hernández (@thesunblessed)

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